A veces, a tu lado,
se entretecien tus ojos y me olvidan.
Olvidado y cerca de ti
soy como quien quedó en la noche
a la cabecera de un amor que se ha dormido.
Pero no duermes, partes; amas siempre, pero no amí.
Vigilo entonces
la anudación que se labra entre nuestras horas
y ardientemente busco
echar, sin que lo sepas,
nuevo nudo, invisible y el más fuerte.
Mas no puedo trabarlo cuando ya has tornado.
Y siempre quedaré temiendo
ese pasado tuyo que vulve,
ese presente tuyo que me quitas.
(Macedônio Fernandez - Buenos Aires, 1921)
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